Muchos piensan que en invierno los niños se enferman con las clases de natación, pero en realidad ellos se enferman con el cambio de temperatura de los ambientes. Por eso, es importante tener algunas precauciones:
> Temperatura de la piscina: puede variar entre 26°C para adultos hasta 34°C para bebés – depende de la edad
> Tipo de piscina: ideal es que sea cubierta, cerrada y sin corriente de viento exterior porque la temperatura del ambiente puede ser una variable en los días que hace mucho frío
> La natación es recomendada como tratamiento de algunas inflamaciones del trato respiratorio (como la asma, rinitis, sinusitis, entre otros) porque el agua caliente + natación hace con que las vías respiratorias se despejen y la humedad también ayuda en la liberación de los mocos
> Abrigarse antes de entrar y luego al salir de la piscina: de preferencia con una bata con gorro (es importante proteger oídos y garganta de la corriente de viento frío)
> Secar el pelo después de ducharse y siempre usar poleron o chaqueta con gorro y bufanda, protegiendo las vidas respiratorias.
> Antes de salir al ambiente exterior (frío), esperar de 15-30 minutos para que el cuerpo recupere su temperatura normal. En general, recomiendo que los niños coman algo antes de irse para que puedan tener este tiempo de recuperar la temperatura.
Con esos pequeños consejos, sus hijos van poder a seguir disfrutando el agua aunque el clima no sea tan motivante 🙂
¡Acuérdense: la natación no es solo un deporte, es terapia, es desarrollo y, principalmente, es seguridad: salva vidas!